Einar Haraldsen ha vivido doce años bajo la protección de Enrique I de Francia. El joven privilegiado, alegre, amado por cuanto mujer se cruza en su camino, tendrá que regresar con su gente. Esa decisión del rey sacará a la luz todos sus miedos e inseguridades, pero también su verdadera naturaleza.

Freya lo odió, hasta que se cruzó en su camino. Solo ella puede entender la profundidad de sus heridas y ese descubrimiento echará por tierra todas sus teorías sobre el vikingo francés.

Einar cayó a sus pies con una mirada. El amor que los unió sanó un alma herida y desbordó la pasión de un ángel.

La fortaleza de ese amor venció todo lo que se interpuso en su camino. Fueron la pareja perfecta, el amor mágico que todos deseamos vivir.